No sé si sea buena o mala, pero cierta poesía me sale a borbotones.
Si la invoco se queda perpleja y avergonzada. Finge que no existe. Pero apenas conjetura la más mínima indiferencia, revienta furiosa desde el fondo de mis entrañas. Nace como el llanto, cuando no duda. Como el caos que dicta incomprensiblemente cierto destino cósmico.
Mi poesía es un volcán submarino que aguarda su tiempo. Oculta a las miradas se regodea de su fuerza en secreto.
Este milagro no basta para suponer algún talento. Pero si pronuncio “milagro”, me sorprende la tempestad.
*Los textos de la Nebulosa del Cangrejo son contenido original de Anabel Casillas (Twitter: @DimeChascona).